PARTE XVI - Amarillo

Heart-me furious. Shutmecontrol.

martes, 30 de abril de 2013

Suntuosidad Apelante

Supongamos entonces que me estoy pudriendo por dentro, que todo el lado oscuro se me escurre por una herida como una bilis a mitad entre brea y petróleo. Bilis que, cualquier doctor diagnosticaría como simbiótica o parasital. Se insistiría en u ntratamiento delicado e impiadoso para el tratamiento de la misma. La expulsión total del sistema de aquello que lo contamina, lo hierve, lo trastorna. Salud. La armónica paz somática que es benevolentemente denominada salud. Poco aq poco, mientras el líquido putrefacto supura, la cabeza se aclara, el cuerpo se tranquiliza, me siento en control. Me siento dispuesto a comportarme exactamente como El Caballero. Ser el amo de la fiesta, moverme de forma ligada, sensual. Una elegancia desarmante, la llave social que activa el ascensor maestro. Entonces, anónima persona lectora-receptora-metida-relevante-o-no ¿Por qué es que no deseo esa salud? ¿Por qué es que la sanidad me resulta una idea tan desagradable? ¿Por qué ese deseo por el drama, la demencia y el grotesco descontrol? ¿Por qué no quiero actuar con una suntuosidad apelante? Todavía estoy encerrado ahí. Bóveda diecinueve no se sella. Se abre y desarrolla unos brazos antievolutivos con tal sea de que su cast regrese. No conecto con nadie y nada valoro. Estoy obsesionado con una película que ya terminó. Y no puedo dejar de pensar la secuela.

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