Enhebrando Crono-Spatium

Cuando el sueño se lucidiza, la diferencia entre "pensar que algo ocurra" y "hacerlo ocurrir con la mente" pasa a ser la pequeña distinción que teje la fábrica de la realidad misma. Hoy volé, construí una torre serpentina de basura, robé ropa y la despedacé y en una parada de colectivo me involucré en actos lascivos de ambigua ética onírica (si es que tal cosa puede siquiera responder a algún tipo de moralidad) pero mientras flotaba embelesado en mi carencia de reglas físicas recordé a los doce, y quise traerlos, quise invocarlos, usar esta nueva libertad para poder comprenderlos y me encontré incapaz. Fue ahí cuando hice el click. Consume energía, es forzoso, pero hay una marcada diferencia entre pensar en hacer algo y dar la orden al sistema de realizarlo. Te ví, Azul, no tu rostro, pero sí tu forma agazapada, agarrándote los tobillos en el techo de una casa, con los auriculares y la gorra puesta, tapándote y tratando de entender a Laos, de ser un poco mas como él. No será la última vez. Los naipes actuales están hechos de ternura y copadez enhebrada, y si no puedo disfrutar de la forma en la que se mezclan y apilan es por miedo total a que se me caiga alguno mientras se auto-barajan.