Si ella no pudiese destruirte ni siquiera te interesaría que te cuente sobre las dos horas que se pasó anoche haciendo manualidades o sus conocimientos en el área del nado sincronizado.
La vida tiene el sabor de la emoción antes de dar cada paso, el sobre-analizar tus jugadas y disfrutar de tu propio miedo cada vez que pifiás.
Hoy no puedo escribir, así que seguí partiéndome el cráneo hasta que mis letras sean solo para vos.
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