Se sienta en mi escritorio y me alborota el pelo mientras no cuenta nada interesante. No tiene nada interesante que contar porque no hizo nada en todo este tiempo. Es que no volvió de un viaje o de un rato sin vernos. Se desenterró solito solito de la tumba que yo le había cavado.
Ahora me mira y se ríe. Siempre se ríe.
En realidad... no me siento como si volviese a ver a mi amigo después de mucho tiempo. Siento que vuelvo a estar vivo y por eso mismo es que puedo verlo.
Lo extrañaba y él a mi, no me tiene rencor por haberlo enterrado vivo.
Me dice que hay cosas que hacer, me patea y me amordaza.
Tiene razón.
Si yo quiero, tiene razón.
Cómo le gusta a una de tus mitades ser sumiso... Jajaja
ResponderEliminarSi es el que yo conozco, decile que Marla también lo extrañaba