"Ya está atardeciendo. Ella me teme y lo sé, nada menos se podría esperar de aquel tesoro de inocencia viviente. Sus labios tiemblan ante el impacto de mis ojos albinos, pero no tiene la intención de correr hacia ningún lado. Allá afuera entre los retoños de la civilización pensante no hay ningún lugar donde pueda ocultarse. El espacio físico en el que se encuentre carece de importancia, ella sabe que ni siquiera en la muerte podría estar en paz.
Agudizo mi vista sobre su semblante, uno que no soportaría olvidar. La luz del crepúsculo infunde sus cabellos perlados con los tibios pigmentos del alba. Su rostro, de facciones dulces y cortantes, me mira esperando escuchar la verdad sobre su destino invariable. Es en estas ocasiones, escasas y esparcidas a lo largo de mi extensa vida, que casi llego a sentir pena. Pero el dolor y la compasión sólo estan reservados a aquellos que ignoran su propio universo. Es muy tarde para mi, y ya he visto demasiado como para volver a sentir.
Mis labios apenas se mueven y las tres palabras emergen en mi aliento como la forma física de su condena.
"Si, lo haré." Le contesto sin misericordia ni lamento.
Los músculos de su rostro cesan su temblor y su expresión se transforma hacia una calmada tristeza. Los párpados entrecerrados. Los labios pegados y secos. La mirada perdida de aquellos que se rinden ante el portador de la crueldad, el destino.
Por primera vez en horas estiro mis piernas y me paro a su lado. La observo sin un propósito claro. Nunca me he arrepentido de nada de lo que he hecho en mi vida y las mentes tercas solo se endurecen con la edad. Ella no levanta el rostro, al contrario, abraza sus piernas y hunde la cara entre las rodillas. No está intentando contener las lágrimas, llorar es lo que anhela, pero alguna vez supe que la tristeza mas profunda es aquella que no se manifiesta.
Le digo adiós a aquellos pensamientos que podrían llegar a salvarla y dirijo su endeble cuerpo con mi mirada. La veo elevarse sobre el nivel del suelo, la hago flotar con delicadeza hasta la altura de mi cabeza y luego, con un simple pensamiento la lanzo al vacío.
La caída por el barranco la golpea y descuartiza sin contenerse, como solo la madre naturaleza sabe hacerlo. Veo como sus huesos se quiebran cada vez que su soma impacta contra las piedras en un festival de fuerza bruta y sangre.
Cuando el tiempo cruce mi camino con el de mi antiguo compañero, me enfrentaré a las consecuencias de lo que causé con tanta facilidad. Él intentará reunirme con las millones de almas que murieron por esta causa injusta y despiadada. Con seguridad, su calma constante se quebrará ante mi presencia y esa será su perdición definitiva. Luego el mundo entero me admirará con ojos rabiosos, con las miradas destinadas a los enfermos que carecen de moral.
La verdad es que todos estamos enfermos.
El pensamiento en si, es un terrible error de parte de la naturaleza. Los antiguos relatos narran que el artíficie de todos los males fue cuando nuestra especie osó consumir el fruto del conocimiento. Un don demoníaco, robado del Jardín de Eden.
La humanidad es, y siempre fue la escoria del planeta.
Siento no lamentarlo, pequeña niña, pero tu fuiste solo otra pieza en la partida de ajedrez mas grande de la historia. Tu muerte conlleva la salvación de lo imperdonable. Y tu vida fue el precio a pagar por el conocimiento absoluto. Que el inframundo celebre tu llegada, pues tú eres el peón que logró el Jaque Mate final."
PARTE XVI - Amarillo
Heart-me furious. Shutmecontrol.
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